¡No cambiemos de huso horario sin tomar un avión!

As readers embark on a piece of writing, they get ready to understand the story set in a certain time and place. When we, as writers, suddenly move from one time to another with no connection, we create confusion. In this post, we will try to understand the broad scope of the meaning of the different Spanish verb tenses. We just can’t change time zones without putting our readers on an imaginary airplane!

Cuando escribimos algo, nuestro lector se instala en un lugar y un tiempo imaginarios. Si lo descolocamos, llevándolo a otro momento sin aviso previo, no puede seguir el hilo de lo que estamos diciendo.

A menudo confundimos a nuestros lectores porque nos olvidamos de que los verbos funcionan en una serie de “husos horarios” que organizan la secuencia de eventos relatados respecto de un momento inicial (que puede o no coincidir con el momento del discurso). El siguiente cuadro es una guía que sirve de ejemplo, aunque no es exhaustiva. Usamos la nomenclatura de los tiempos verbales de ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española).

Este documento es un cuadro comparativo con otras nomenclaturas de uso común en los Estados Unidos y América Latina.

 

Tiempo presente.

Estoy en casa.Presente
A mi abuela la veo todas las semanas.Presente habitual
Buenos Aires es la capital de Argentina.Presente descriptivo

Tiempo pretérito: lo que ha sucedido.

Canté con el coro el sábado.Pretérito perfecto simple
He terminado la tarea. ¡Por fin!Pretérito perfecto compuesto
Cantaba muy bien de niña. Ahora no tengo voz.Pretérito imperfecto
Había hecho la comida para las cinco de la tarde, pero mi hermano se la comió como si fuera una merienda y tuve que cocinar otra vez para la cena.Pretérito pluscuamperfecto
Si me hubieras invitado, habría ido.Pretérito imperfecto del subjuntivo
Ayer viene mi marido y se me queja de que la sopa no le gusta. ¿Y a vos qué te parece eso?Presente histórico

Tiempo futuro: lo que vendrá

Mañana será otro día.Futuro simple
¿Qué vas a hacer mañana?Perífrasis
La semana que viene voy a Europa.Presente prospectivo
Voy en cuanto me invites.Presente del subjuntivo y presente prospectivo (ejemplo conversacional)
Cuando confirmen la aceptación de este presupuesto, comenzaremos con su traducción.Presente del subjuntivo y futuro simple.

El cuadro anterior nos demuestra que los tiempos verbales no son suficientemente específicos para expresar cuándo se lleva a cabo una acción determinada. Tenemos que darles a nuestros lectores el resto del contexto necesario para ubicarse en tiempo y espacio. Si los lectores han de prepararse para ir, digamos, de Los Ángeles a Nueva York, tendrán que tomar un avión. En nuestra redacción debemos tomar esto en cuenta y darles un “pasaje de avión”.

No hagamos esto:

José estaba en casa durmiendo. María llega del colegio, a los gritos. José se levanta.

¿Qué pasó acá? Pasamos de “estaba” a “llega” sin explicación alguna. Falta una conexión.

Sería mejor esto:

José estaba en casa durmiendo. María llegó del colegio, a los gritos. José se despertó y preguntó qué pasaba.

Otro ejemplo problemático:

Y pensaba en esa pareja tan linda y cómo daba tranquilidad y placer verlos, y sentir que todo estaba en armonía y de alguna forma siempre iba a ser así, sin que cambie nada.

Sería mejor así:

Y pensaba en esa pareja tan linda y cómo daba tranquilidad y placer verlos, y sentía que todo estaba en armonía y de alguna forma siempre iba a ser así.

Estos ejemplos están tomados de la experiencia diaria. Algunos fueron recopilados de la redacción de personas que hablan español muy bien pero lo escriben con poca atención a los detalles. Me dieron su permiso para compartirlos para que otros puedan mejorar, como lo están haciendo ellos.

Consideren, por último, este párrafo de Miguel Cané en Juvenilia:

Me invade en este momento el recuerdo fresco y vivo de los primeros días pasados entre los obscuros y helados claustros del antiguo convento. No conocía a nadie, y notaba en mis compañeros, aguerridos ya a la vida de reclusión, el sordo antagonismo contra el nuevo, la observación constante de que era objeto, y me parecía sentir fraguarse contra mi triste individuo los mil complots que, entre nosotros, por el suave genio de la raza, sólo se traducen en bromas más o menos pesadas, pero que en los seculares colegios de Oxford y de Cambridge alcanzan a brutalidades inauditas, a vejámenes, a servidumbres y martirios. Me habría encontrado, no obstante muy feliz con mi suerte, si hubiera conocido entonces el Tom Jones, de Fielding[1].

Aquí Cané utiliza diversos tiempos verbales. ¿Cómo hace para que tengan sentido en un mismo párrafo? Situemos primero la escena: Un par de párrafos antes, Miguel Cané nos dice que entró al Colegio Nacional tres meses después de la muerte de su padre. Estos son sus recuerdos de sus primeros días. Empieza orientándonos hacia eso, “me invade el recuerdo…” Habiendo introducido el “recuerdo,” Cané nos puede llevar al pasado, con “conocía”, “notaba”. Con la introducción del “pero” introduce una comparación con la realidad de otros colegios en el presente: “alcanzan”. Termina el párrafo con cierta especulación, agradecimiento a una novela que lo hubiera podido sacar de apuros: “Me habría encontrado…”

Miguel Cané, como buen autor, le dio al lector las pautas para que pase del pasado al presente y vuelva al pasado en un mismo párrafo. Es posible, pero hay que orientar al lector, como en este ejemplo.

[1] Cané, Miguel. Juvenilia. Buenos Aires: Ediciones Colihue. 2007, p. 56